No estalla como las bombas, ni suena como los tiros. El hambre, que mata callando, mata a los callados.
De ellos, sabemos todo. Los expertos, los pobrólogos, los estudian y nos ofrecen los datos actualizados:
Qué no comen, en qué no trabajan,
cuántos son, cuánto no pesan, cuánto no miden, qué no tienen, qué no
piensan, qué no votan, en qué no creen.
Sólo nos falta saber por qué los pobres
son pobres. Ellos, los muertos de las guerras, los presos de las
cárceles, los brazos disponibles, los brazos desechables, sin tierra,
sin casa, sin camino.
"La Vida según Galeano"
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