Nadie miró cuando el músico dejó de tocar. Nadie le aplaudió. De entre el millar de personas que pasó por delante de él, nadie lo reconoció. Nadie notó que el músico era Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo.En los pasillos del metro tocó algunas de las más difíciles partituras que jamás se han escrito, y todo ello… ¡¡con un Stradivarius del 1713 valorado en 3,5 millones de dólares!!
Dos días antes de estos hechos,
no quedaban entradas a la venta para su concierto en el teatro de Boston…
¡aunque costaban casi 100 dólares!
Esta actuación de incognito de Joshua Bell en la estación de metro
fue organizada por el « Washington Post » para investigar la percepción, el gusto y las prioridades de la gente.
Estas eran las preguntas:
¿Podemos, en un ambiente cotidiano y a una hora inusual, apreciar belleza?
¿Nos pararíamos para apreciarla?
¿Podemos reconocer el talento en un contexto inusual?
Una de las posibles conclusiones del experimento podría ser:
no nos detenemos unos segundos a escuchar a uno de los mejores músicos del mundo cuando está tocando una de las más bellas partituras, ¿cuántas otras cosas extraordinarias nos estaremos perdiendo diariamente al no saber apreciarlas?
El texto lo podéis encontrar en el siguiente blog...
365consejosparaserfeliz.blogspot.com/2010/10/consejo-294-aprecia-la-belleza-esta-tu.html
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