Juan José Tamayo Acosta (7 de octubre de 1946, Amusco, Palencia), es un teólogo español vinculado a la Teología de la Liberación, sobre la que ha trabajado abundantemente. Es miembro de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII.
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Este teólogo y profesor presentó en Sevilla el día 16 de Marzo en la Fundación Tres Culturas su libro Islam. Cultura, religión y política. En él se analizan y desmienten diversos estereotipos sobre el Islam. La obra ha sido premiada por divulgar el aspecto pacificador del Corán.
-¿Qué papel deberían tener las religiones en la sociedad hoy en día?-
La experiencia religiosa debe vivirse en la privacidad, ya que la adhesión a la fe es algo muy personal. Aunque es cierto que la fe tiene una dimensión comunitaria y de despliegue en el espacio público por la concepción del tú que generalmente se tiene en todas las religiones. Pero esa proyección social debe apostar por valores humanos. La presencia de la religión en la sociedad no se debe dar por la vía del poder sino del acompañamiento. Debe velar por los desprotegidos y trabajar para conseguir un mundo social mejor. Es decir, que la religión en sociedad se debe instalar en la marginalidad, en ayudar a este colectivo, y en la política debe estar en el ámbito de la denuncia.
-¿Tienden siempre a radicalizarse las religiones?
-Sí, porque en la medida en que van perdiendo poder se fanatizan y se creen un fin en sí mismas. Por eso van a la conquista del poder político.
-¿Es racista la sociedad occidental respecto a las creencias religiosas?
-Yo creo que la sociedad va evolucionando en buena dirección. En España el racismo en este aspecto es mínimo. Lo que ocurre es que estamos pasando de sociedades tradicionalmente monorreligiosas a una sociedad muy plural en cuanto a creencias se refiere y esto se ha producido en un espacio de tiempo relativamente corto. Por ello es normal que se den brotes de xenofobia o, más concretamente en occidente, islamofobia, pero no es la norma.
-¿Qué opina de la retirada de símbolos religiosos de los espacios públicos?
-El espacio público debe ser un espacio aconfesional, de hecho vivimos en un país donde existe la libertad religiosa, y por ello debemos hacer un tránsito hacia el estado laico. Esos símbolos que quedan en los espacios públicos son restos de una época en la que la religión era la norma predominante.
-La situación en Oriente Próximo es uno de los temas pendientes de la comunidad internacional.
¿Qué papel juega la religión en un conflicto tan enquistado?
-Hay un dicho que dice que no habrá paz en el mundo hasta que no haya paz en Jerusalén. Ésta es una ciudad emblemática, y además tiene una ubicación preferente, pero es también una ciudad con la escopeta cargada permanentemente. Las tres religiones mayoritarias no se pueden mirar a la cara. Aunque parece que este conflicto es un problema simplemente territorial, es cierto que también hay un conflicto religioso de fondo. Yo creo que la gestión de Jerusalén debe ser compartida, es necesario que esa zona se pacifique y para ello hay que resolver una serie de asuntos relacionados con la paz y la justicia. Es necesaria una transformación cultural, porque no puede haber paz sin justicia.
-Cada vez hay mas población musulmana en Europa, sobre todo en países como Francia Inglaterra y España. Por ello los gobiernos están elaborando leyes específicas para esta comunidad, por ejemplo el caso del uso del burka. ¿Cree que Europa le tiene miedo al Islam?
-Sí, totalmente. Y se debe a que [los europeos] basan su conocimiento en una serie de estereotipos que están muy extendidos, y además suelen ser erróneos. También hay intereses y preocupaciones de fondo que crean desequilibrios.
-La Iglesia católica está sufriendo una grave crisis en todos los ámbitos: los últimos escándalos de pederastia, la falta de sacerdotes, la pérdida de fieles... ¿Cree que necesita realizar algún cambio?
-Sí, definitivamente la Iglesia católica necesita una reforma importante, ya que su problema es que se está haciendo preguntas y dando respuestas a cuestiones de siglos pasados. Yo, a pesar de mi formación en universidades pontificias he sido muy crítico con la Iglesia, sobre todo con el papado, pues creo que no tiene bases teológicas. El papado no es una institución divina sino una construcción llevada a cabo por los dirigentes de la Iglesia.
El Correo de Andalucía. 16-3-2.010
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