Juntos atravesamos nostalgias del pasado.
Ella, cómo os diría...
era mi luz y mi razón,
cuando la lumbre ardía sólo palabras de amor...
Palabras de amor sencillas y tiernas
echamos al vuelo por primera vez,
apenas tuvimos tiempo de aprenderlas, recién despertábamos de la niñez.
Nos bastaban esas tres frases hechas
que entonaba aquel trasnochado galán, historias de amor, sueños de poetas,
a los quince años no se saben más...
Ella, dónde andará,
tal vez aún me recuerda.
Un día se marchó y jamás volví a verla.
Pero, cuando oscurezca, lejos, se escucha una canción, vieja música que acuna, viejas palabras de amor...
Palabras de amor sencillas y tiernas
echamos al vuelo por primera vez,
apenas tuvimos tiempo de aprenderlas, recién despertábamos de la niñez.
Nos bastaban esas tres frases hechas
que entonaba aquel trasnochado galán, historias de amor, sueños de poetas,
a los quince años no se saben más...
A los quince años no se saben más...
. Para que tú me oigas,
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.
.
Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.
.
Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.
.
Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.
.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.
.
Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.
.
Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú me oigas como, quiero que me oigas.
.
El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejos súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.
.
Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.
Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.
MuraL dedicado A Miguel Hernández y Pablo Neruda en Valparaiso. Chile
Comentarios
Sobre todo si lo cuenta Benedetti, Neruda, Serrat, ....
Gracias, Pepe.
Con Saramago y Benedetti siento la desesperanza activa. Muy, muy difícil, pero depende del Hombre y quiero creer que es posible.
Saludos. Pepe Oliver